Parece ser muy complicado encontrar la felicidad. En la practica puede ser, debido a la manera errada con que la mayoría de las personas la busca.
Dicen aún, que la felicidad total no existe, es imposible. Lo que realmente existe son momentos felices que recibimos de la vida.
Teóricamente, aún así, puede ser muy fácil trabar conocimiento con ese utópico personaje.
Basta comprender que el mundo no es para ser disputado palmo a palmo, como si fuera algo destinado a la propiedad exclusiva, pero sin compartimiento, por que en él existe lugar para todos los que quieran vivir en igualdad.
Cuando dejamos de lado la vanidad desmedida que nos lleva al deseo de ser el “centro de las atenciones”, entendiendo que la humildad es privilegio de los grandes, y apenas los mediocres no saben de eso. Justamente por no disponer de un real discernimiento, procuran pasar una imagen de superioridad, cuando en la realidad quien efectivamente tiene méritos, los ven reconocidos, sin aquella necesidad de “aparecer”, que es pensión de los vanidosos y vacíos.
Siempre deberemos aprender a respetar las personas, las plantas y los bichos como obras de la misma Naturaleza que nos hizo, para así crecer espiritualmente.
Mejorando así nuestro modo de pensar, no pensaremos más en criticar a otras personas, dejando que cada cual lleve la vida a su manera.
Precisamos siempre convencernos de que no somos los dueños de la verdad. Cada cual tiene la suya. Hay que respetar la libre decisión. Es válido el cambio de opiniones, o una crítica constructiva, cuando es solicitada. Siempre es peligroso apuntar errores ajenos…
Existen otras maneras para intentar alcanzar la felicidad, es también para buscar despejar un poco esa felicidad conseguida. Acompañen el itinerario.
Caminar al lado de un amigo, siempre hace bien, principalmente si él estuviera con problemas, y pudiéramos ayudarlo en la solución.
Sonreír siempre que saludamos a alguien… siempre que tengamos oportunidad… Sonreír hace bien y es económico. Una sonrisa espontánea es sincera, torna las personas más bonitas y mucho más simpáticas. No podemos olvidarnos de eso.
Hablar siempre de cosas buenas, buscando conocer el lado bueno de las personas. Es fácil apuntar defectos, pero vamos también y principalmente, a hablar de las virtudes.
Errores del pasado, deben ser olvidados, y nunca repetidos. Siempre en nuestras eventuales caídas, es importante sabernos recuperar del golpe, sin desesperarnos.
Cuando eventualmente perdemos la calma, es importante respirar hondo, recuperando el control antes de hacernos algo irremediable.
Debemos olvidarnos de la envidia y de la ingratitud, que son sentimientos que apenas traen amargura para la vida. Personas envidiosas e ingratas nunca son bien vistas, y no consiguen buenas amistades. Ninguno aprecia su compañía.
Bien… todo esto, es una cuestión de aprendizaje, no sucediendo de forma repentina. Pero… vale la pena intentarlo, pues la vida siempre irá a mejorar.
Al conseguirnos insertar en nuestra vida la práctica cotidiana de esas actitudes positivas, fatalmente iremos a mejorar no apenas nuestra imagen delante de los otros, como también nuestra auto estima. Al sentirnos bien con nosotros la vida irá mejorar y mucho.
No haremos sólo la felicidad ajena, también y principalmente la nuestra.
Nuestra vida dejará de ser apenas un fardo a ser cargado, cada vez más pesado, siempre agregado de las desgracias vividas. Podrá transformarse en una gustosa y gratificante caminata de recreo. Todo depende de como encaremos la vida.
Para cerrar, un pequeño mensaje que fue pasado por mi guru L’Inconnu: La
mayoría de las personas busca la felicidad como un fin, no como un camino.
Tal vez por eso ella se torna tan inaccesible y tan rara.
Y con esta bella amonestación, deseo a todos UN LINDO DIA.
Parece ser muy complicado encontrar la felicidad. En la practica puede ser, debido a la manera errada con que la mayoría de las personas la busca.
Dicen aún, que la felicidad total no existe, es imposible. Lo que realmente existe son momentos felices que recibimos de la vida.
Teóricamente, aún así, puede ser muy fácil trabar conocimiento con ese utópico personaje.
Basta comprender que el mundo no es para ser disputado palmo a palmo, como si fuera algo destinado a la propiedad exclusiva, pero sin compartimiento, por que en él existe lugar para todos los que quieran vivir en igualdad.
Cuando dejamos de lado la vanidad desmedida que nos lleva al deseo de ser el “centro de las atenciones”, entendiendo que la humildad es privilegio de los grandes, y apenas los mediocres no saben de eso. Justamente por no disponer de un real discernimiento, procuran pasar una imagen de superioridad, cuando en la realidad quien efectivamente tiene méritos, los ven reconocidos, sin aquella necesidad de “aparecer”, que es pensión de los vanidosos y vacíos.
Siempre deberemos aprender a respetar las personas, las plantas y los bichos como obras de la misma Naturaleza que nos hizo, para así crecer espiritualmente.
Mejorando así nuestro modo de pensar, no pensaremos más en criticar a otras personas, dejando que cada cual lleve la vida a su manera.
Precisamos siempre convencernos de que no somos los dueños de la verdad. Cada cual tiene la suya. Hay que respetar la libre decisión. Es válido el cambio de opiniones, o una crítica constructiva, cuando es solicitada. Siempre es peligroso apuntar errores ajenos…
Existen otras maneras para intentar alcanzar la felicidad, es también para buscar despejar un poco esa felicidad conseguida. Acompañen el itinerario.
Caminar al lado de un amigo, siempre hace bien, principalmente si él estuviera con problemas, y pudiéramos ayudarlo en la solución.
Sonreír siempre que saludamos a alguien… siempre que tengamos oportunidad… Sonreír hace bien y es económico. Una sonrisa espontánea es sincera, torna las personas más bonitas y mucho más simpáticas. No podemos olvidarnos de eso.
Hablar siempre de cosas buenas, buscando conocer el lado bueno de las personas. Es fácil apuntar defectos, pero vamos también y principalmente, a hablar de las virtudes.
Errores del pasado, deben ser olvidados, y nunca repetidos. Siempre en nuestras eventuales caídas, es importante sabernos recuperar del golpe, sin desesperarnos.
Cuando eventualmente perdemos la calma, es importante respirar hondo, recuperando el control antes de hacernos algo irremediable.
Debemos olvidarnos de la envidia y de la ingratitud, que son sentimientos que apenas traen amargura para la vida. Personas envidiosas e ingratas nunca son bien vistas, y no consiguen buenas amistades. Ninguno aprecia su compañía.
Bien… todo esto, es una cuestión de aprendizaje, no sucediendo de forma repentina. Pero… vale la pena intentarlo, pues la vida siempre irá a mejorar.
Al conseguirnos insertar en nuestra vida la práctica cotidiana de esas actitudes positivas, fatalmente iremos a mejorar no apenas nuestra imagen delante de los otros, como también nuestra auto estima. Al sentirnos bien con nosotros la vida irá mejorar y mucho.
No haremos sólo la felicidad ajena, también y principalmente la nuestra.
Nuestra vida dejará de ser apenas un fardo a ser cargado, cada vez más pesado, siempre agregado de las desgracias vividas. Podrá transformarse en una gustosa y gratificante caminata de recreo. Todo depende de como encaremos la vida.
Para cerrar, un pequeño mensaje que fue pasado por mi guru L’Inconnu: La
mayoría de las personas busca la felicidad como un fin, no como un camino.
Tal vez por eso ella se torna tan inaccesible y tan rara.
Y con esta bella amonestación, deseo a todos UN LINDO DIA.
Parece ser muy complicado encontrar la felicidad. En la practica puede ser, debido a la manera errada con que la mayoría de las personas la busca.
Dicen aún, que la felicidad total no existe, es imposible. Lo que realmente existe son momentos felices que recibimos de la vida.
Teóricamente, aún así, puede ser muy fácil trabar conocimiento con ese utópico personaje.
Basta comprender que el mundo no es para ser disputado palmo a palmo, como si fuera algo destinado a la propiedad exclusiva, pero sin compartimiento, por que en él existe lugar para todos los que quieran vivir en igualdad.
Cuando dejamos de lado la vanidad desmedida que nos lleva al deseo de ser el “centro de las atenciones”, entendiendo que la humildad es privilegio de los grandes, y apenas los mediocres no saben de eso. Justamente por no disponer de un real discernimiento, procuran pasar una imagen de superioridad, cuando en la realidad quien efectivamente tiene méritos, los ven reconocidos, sin aquella necesidad de “aparecer”, que es pensión de los vanidosos y vacíos.
Siempre deberemos aprender a respetar las personas, las plantas y los bichos como obras de la misma Naturaleza que nos hizo, para así crecer espiritualmente.
Mejorando así nuestro modo de pensar, no pensaremos más en criticar a otras personas, dejando que cada cual lleve la vida a su manera.
Precisamos siempre convencernos de que no somos los dueños de la verdad. Cada cual tiene la suya. Hay que respetar la libre decisión. Es válido el cambio de opiniones, o una crítica constructiva, cuando es solicitada. Siempre es peligroso apuntar errores ajenos…
Existen otras maneras para intentar alcanzar la felicidad, es también para buscar despejar un poco esa felicidad conseguida. Acompañen el itinerario.
Caminar al lado de un amigo, siempre hace bien, principalmente si él estuviera con problemas, y pudiéramos ayudarlo en la solución.
Sonreír siempre que saludamos a alguien… siempre que tengamos oportunidad… Sonreír hace bien y es económico. Una sonrisa espontánea es sincera, torna las personas más bonitas y mucho más simpáticas. No podemos olvidarnos de eso.
Hablar siempre de cosas buenas, buscando conocer el lado bueno de las personas. Es fácil apuntar defectos, pero vamos también y principalmente, a hablar de las virtudes.
Errores del pasado, deben ser olvidados, y nunca repetidos. Siempre en nuestras eventuales caídas, es importante sabernos recuperar del golpe, sin desesperarnos.
Cuando eventualmente perdemos la calma, es importante respirar hondo, recuperando el control antes de hacernos algo irremediable.
Debemos olvidarnos de la envidia y de la ingratitud, que son sentimientos que apenas traen amargura para la vida. Personas envidiosas e ingratas nunca son bien vistas, y no consiguen buenas amistades. Ninguno aprecia su compañía.
Bien… todo esto, es una cuestión de aprendizaje, no sucediendo de forma repentina. Pero… vale la pena intentarlo, pues la vida siempre irá a mejorar.
Al conseguirnos insertar en nuestra vida la práctica cotidiana de esas actitudes positivas, fatalmente iremos a mejorar no apenas nuestra imagen delante de los otros, como también nuestra auto estima. Al sentirnos bien con nosotros la vida irá mejorar y mucho.
No haremos sólo la felicidad ajena, también y principalmente la nuestra.
Nuestra vida dejará de ser apenas un fardo a ser cargado, cada vez más pesado, siempre agregado de las desgracias vividas. Podrá transformarse en una gustosa y gratificante caminata de recreo. Todo depende de como encaremos la vida.
Para cerrar, un pequeño mensaje que fue pasado por mi guru L’Inconnu: La
mayoría de las personas busca la felicidad como un fin, no como un camino.
Tal vez por eso ella se torna tan inaccesible y tan rara.
Y con esta bella amonestación, deseo a todos UN LINDO DIA.
Marcial Salaverry
amizade e poesia 